Establecida oficialmente por el Tratado de Maastricht (firmado el 7 de febrero de 1992 en Maastricht, Holanda), la Unión Europea entro en vigencia el primero de enero de 1993. Fue sucesor de varias alianzas pasadas, como: CECA (Comunidad Europea del Carbón y del Acero), CEE (Comunidad Económica Europea), y CEEA (Comunidad Europea de la Energía Atómica). Esta se encargó de regular los mismos asuntos tratados en esas comunidades previas y además política exterior y seguridad común. Los países participantes en el tratado fueron: Alemania, Bélgica, Dinamarca, España, Francia, Grecia, Países Bajos, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Portugal, Reino Unido.
El texto del tratado se puede leer aquí.
Es importante la investigación en temas relacionados con la historia de la Unión Europea, esto se debe a la singularidad del caso en el ámbito de las relaciones internacionales, una alianza multilateral donde todos los aspectos de interés para un país se ven involucrados: rompe con las fronteras físicas para el comercio, aspectos migratorios, sistema monetario, etc. Esta movilización de ciudadanos (que ya no son solo de su país sino Europeos) forman una unión cultural y social, que ha cambiado prácticas no solo económicas sino sociales. Con el paso del tiempo más países se interesaron en esta alianza, y algunos tienen como objetivo principal desarrollar todo lo necesario para integrarse. Esta conformación geopolítica, tiene repercusiones globales precisamente porque los países que la conforman son de los más influyentes del planeta, sin embargo la aparición de la Unión Europea tuvo repercusiones positivas y negativas en estos “Las cifras de prosperidad, actitudes, gasto en educación y aprendizaje de idiomas revelan algunas de las similitudes y contrastes entre los países de la UE “ (Departamento de Comunicación de la Comisión Europea, n.r.)
El día 7 de febrero de 1992, los reyes de Bélgica, de España, las reinas de Dinamarca, Países Bajos, Gran Bretaña, el Duque de Luxemburgo y los presidentes de Alemania, la República Helénica, Francia, Irlanda, Italia, Portugal, firmaron el Tratado de la Unión Europea con el fin de dirigirse hacia una economía conjunta, crear una unión monetaria que incluya una moneda estable, para fortalecer la democracia (más específicamente las instituciones) y acrecentar la solidaridad entre las naciones involucradas (Consejo de las Comunidades Europeas, 1992). Se puede ver que el impacto de este momento en la Comunidad Europea es evidente en el mismo escrito del tratado.
La integración europea se había intentado desde el tiempo de Carlomagno y el Sacro Imperio Romano (s.IX) pero sin éxito en el largo plazo. En el siglo XX, después de la guerra, EEUU se ofreció para guiar un proceso de reconstrucción y recuperación con apoyo económico. Allí se impulsaron las primeras alianzas del siglo que buscaban la unificación. Con éxito en los tratados anteriores, aún era necesaria una mayor integración, simplificada y más importante aún, con una moneda única, lo que beneficiaría al comercio.
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